A veces encontramos cosas interesantes en el famoso ícono PAPELERA DE RECICLAJE en el escritorio de la computadora. Ojalá en este blog los lectores puedan encontrar algo que "restaurar".
sábado, 11 de febrero de 2012
Una mirada a la pecuaria nacional
El negocio ganadero bajo la lupa
Paraguay es un país cuya economía se basa en la agropecuaria, con casi
el 30 % de participación en el Producto Interno Bruto (PIB). Es por ello que el
rebrote de la fiebre aftosa en menos de cuatro meses ha sido un golpe ni siquiera
asimilado aún por los productores ganaderos, quienes en menos de un año vieron
desmoronarse su negocio.
Al trabajar con la naturaleza, como lo hace la pecuaria, no todo es
manejable ni se desarrolla en los tiempos que uno quisiera. El ciclo productivo
del ganado se extiende por un mínimo de 24 a 36 meses, periodo que debe
enfrentar un productor para empezar a ver los resultados de su trabajo en el
campo, ya sean estos positivos, alcanzando cifras récords en venta y
exportación de carne, o negativos, cuando los precios no acompañan el costo de
producción y mantenimiento de la infraestructura.
Precisamente, este tipo de golpes -como el de la "enfermedad
comercial", como se la puede denominar, ya que no afecta al ser humano al
consumir carne de un animal enfermo, pero cierra automáticamente los mercados
competitivos y que pagan los mejores precios-, embisten principalmente a los
pequeños productores que no cuentan aún con un respaldo o colchón económico,
justamente por el periodo de producción que no arroja grandes réditos
económicos hasta el final del ciclo.
No obstante, también afecta a la ganadería de mayor escala, viendo que
esta al contar con un buen año invierte en ir mejorando su infraestructura y su
producción misma, con la adquisición de genética de la más alta calidad para
seguir alcanzando y superando los estándares de calidad exigidos por los
mercados exquisitos, vale decir, ahora cerrados.
EN SERIO. La complejidad de ingresar y mantenerse en la ganadería es la
que debe impulsar al productor para tomar seriamente la pecuaria, porque un
desliz como los suscitados recientemente repercuten negativamente en todas las
personas que pertenecen a la cadena de la carne, desde los pequeños productores
de vacunos, hasta los mayores exportadores, pasando por los transportistas,
industriales, en fin, en toda la economía nacional.
VACUNACIÓN. La vacunación es la base del negocio pecuario, al igual que
la nutrición, el cuidado y el empleo de tecnología. Es uno, si no el más
importante factor al momento de hablar de este rubro, considerando que la
sanidad animal es el pilar que sostiene el reconocimiento y comercialización en
el mercado internacional.
La carne paraguaya contaba con una fama a nivel mundial forjada con años
de esfuerzo conjunto entre el sector público y privado, relación que se
desgastó e incluso se rompió, reflejadas en las acusaciones mutuas entre el
Senacsa y la Asociación Rural del Paraguay.
Para que el país cuente nuevamente con la certificación sanitaria y el
estatus comercial de la mejor carne del mundo, esta relación debe
reestructurarse y reencauzarse en el sendero del trabajo eficiente.
Lo que puede avizorarse para el 2012 es que la economía paraguaya podría
verse notablemente afectada por esta crisis, a la que se suma la sequía que
afecta al otro pilar económico: la producción granelera, específicamente la
soja.
EL AÑO RÉCORD SE DESINFLÓ CON LA AFTOSA
En el 2010, las exportaciones de carne ascendieron a USD 919 millones
por 235.933 toneladas enviadas a Chile, Rusia y otros mercados de menor porte.
Las cifras alcanzadas ese año se convirtieron en picos históricos para el rubro
de la carne, sector que desde el año 2007 había iniciado una carrera
ascendente, consiguiendo el octavo puesto como proveedor del alimento en el
mundo, y tercero en Sudamérica, detrás de Brasil con el primer lugar y Uruguay
con el séptimo. y por encima de Argentina que se situaba en el décimo puesto de
exportador.
Los primeros tres trimestres del año pasado habían perfilado al 2011
como un nuevo año récord, llegando incluso a los USD 1.000 millones de divisas
por envíos de carne. Sin embargo, el brote de aftosa declarado el 18 de
setiembre tumbó las ilusiones de los pecuaristas y empresarios frigoríficos de
llegar a la meta.
Según el BCP, con la crisis del último trimestre, la exportación de
carne en volumen cayó en un 31 %; aunque la cotización también récord del 2011
por tonelada, permitió que en divisas el golpe no haya sido tan drástico,
registrándose un 18 % de reducción.
A finales del año pasado se han ensayado proyecciones para la ganadería
y la industria cárnica que referían un repunte desde el segundo semestre de
este año. Pero con el último foco, el escenario se vio completamente
transformado y los ganaderos ni allegados al sector se animan a estimar algún
panorama para el negocio.
Un contraste poco usual
Lluvias y sequía confrontan a las dos regiones productivas
Hoy más que nunca puede
hablarse de regiones contrapuestas: la Occidental y la Oriental, aunque
cambiaron los papeles. El Chaco está húmedo y con lluvias y la Región Oriental
muestra su rostro más seco por falta de ella.
Tal como lo habían
pronosticado los agroclimatólogos, la venida del fenómeno La Niña trajo consigo
la escasez de precipitaciones con sus consecuencias en los diversos cultivos de
esta época, como maíz, soja, algodón, sésamo, y rubros de consumo como maní, poroto,
mandioca y frutas estivales.
La
sequía se apoderó de casi toda la Región Oriental del Paraguay, afectando
precisamente a las zonas más productivas como Alto Paraná e Itapúa.
Cientas y miles de hectáreas de plantaciones extensivas y de pequeños
agricultores se ven notoriamente golpeadas por la merma e incluso cese de
lluvias, y aunque de acuerdo a los expertos, no es justamente una de las peores
sequías de los últimos años, sí cayó en el momento más crítico de los cultivos.
Durante los pasados meses de noviembre y diciembre, periodo donde los
vegetales estaban en proceso de formación, fueron las épocas con mayor
exposición al estrés hídrico, sumado a los días extremadamente soleados.
Este es el panorama actual no muy favorable para la agricultura extensiva
e intensiva en el territorio ubicado en la margen izquierda del río Paraguay.
Afortunadamente, en la región Norte, en Concepción y San Pedro, el
impacto no fue letal y recibieron algunas precipitaciones que favorecieron a la
superficie sembrada.
OTRA REALIDAD. Tan solo cruzando el río que divide el territorio
paraguayo en dos regiones, se presenta un escenario totalmente opuesto y hasta
se puede decir poco común.
El árido Chaco paraguayo, o como muchos lo denominan, el infierno verde, ha registrado notables volúmenes de lluvias, contrastando con la considerable reducción en el Este y en el Sur.
El árido Chaco paraguayo, o como muchos lo denominan, el infierno verde, ha registrado notables volúmenes de lluvias, contrastando con la considerable reducción en el Este y en el Sur.
Tanto en el Chaco Central como en el Bajo Chaco las pasturas están en
óptimas condiciones gracias a la gran cantidad de agua caída en los últimos
meses. La producción ganadera lechera y cárnica se vieron asistidas por las
precipitaciones.
A unos dos años de la última gran sequía que afectó al suelo chaqueño,
hoy más que nunca la Región Occidental presenta un rostro amigable a la
producción, de la mano del agua que regó su vasta extensión.
El escenario favorable para la Occidental representa un pulmón de
respiro para el sector agropecuario, considerando el gran aporte chaqueño a la
producción de alimentos para el consumo interno, en rubros como leche y sus derivados,
y en cierta medida también la producción cárnica y de embutidos, encabezados
por las cooperativas de producción.
No obstante, no todo está perdido para la Oriental, existen grandes
parcelas que por la previsión lograron escapar del "seco cachetazo" y
otras que podrían recuperarse, aunque la calidad y el volumen no alcancen las
cifras esperadas.
¿CUÁL ES EL IMPACTO REAL DE LA SEQUÍA?
Las lluvias de los últimos días paliaron la falta de agua para las
personas, animales, plantas y pastos, en algunas zonas; sin embargo, el agua
caída llegó tarde y no abastece a las plantaciones más afectadas en ciertas
áreas productivas.
Podría decirse que en las urbes el impacto no pasa de un pasto seco y
regar con mayor frecuencia las plantas del jardín. Pero, el golpe económico al
país es evidente, muy superior.
Solo por citar: la bajante del río a niveles históricos en los últimos
20 años, el descenso de volumen de producción y calidad de frutas y hortalizas
destinadas al mercado local y para envíos a países vecinos, la disminución de
la producción granelera, cuya exportación es el primer rubro de ingresos de
divisas del país (soja 2.294 millones de dólares en el 2011) lo que favorece
además a la suba de la cotización del dólar en el ámbito local y el efecto dominó
en el precio de los combustibles, de la canasta básica, por citar algunos.
Tampoco se debe olvidar todo lo que conlleva no contar con suficiente agua para
la hidratación animal y humana.
domingo, 5 de febrero de 2012
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