Lluvias y sequía confrontan a las dos regiones productivas
Hoy más que nunca puede
hablarse de regiones contrapuestas: la Occidental y la Oriental, aunque
cambiaron los papeles. El Chaco está húmedo y con lluvias y la Región Oriental
muestra su rostro más seco por falta de ella.
Tal como lo habían
pronosticado los agroclimatólogos, la venida del fenómeno La Niña trajo consigo
la escasez de precipitaciones con sus consecuencias en los diversos cultivos de
esta época, como maíz, soja, algodón, sésamo, y rubros de consumo como maní, poroto,
mandioca y frutas estivales.
La
sequía se apoderó de casi toda la Región Oriental del Paraguay, afectando
precisamente a las zonas más productivas como Alto Paraná e Itapúa.
Cientas y miles de hectáreas de plantaciones extensivas y de pequeños
agricultores se ven notoriamente golpeadas por la merma e incluso cese de
lluvias, y aunque de acuerdo a los expertos, no es justamente una de las peores
sequías de los últimos años, sí cayó en el momento más crítico de los cultivos.
Durante los pasados meses de noviembre y diciembre, periodo donde los
vegetales estaban en proceso de formación, fueron las épocas con mayor
exposición al estrés hídrico, sumado a los días extremadamente soleados.
Este es el panorama actual no muy favorable para la agricultura extensiva
e intensiva en el territorio ubicado en la margen izquierda del río Paraguay.
Afortunadamente, en la región Norte, en Concepción y San Pedro, el
impacto no fue letal y recibieron algunas precipitaciones que favorecieron a la
superficie sembrada.
OTRA REALIDAD. Tan solo cruzando el río que divide el territorio
paraguayo en dos regiones, se presenta un escenario totalmente opuesto y hasta
se puede decir poco común.
El árido Chaco paraguayo, o como muchos lo denominan, el infierno verde, ha registrado notables volúmenes de lluvias, contrastando con la considerable reducción en el Este y en el Sur.
El árido Chaco paraguayo, o como muchos lo denominan, el infierno verde, ha registrado notables volúmenes de lluvias, contrastando con la considerable reducción en el Este y en el Sur.
Tanto en el Chaco Central como en el Bajo Chaco las pasturas están en
óptimas condiciones gracias a la gran cantidad de agua caída en los últimos
meses. La producción ganadera lechera y cárnica se vieron asistidas por las
precipitaciones.
A unos dos años de la última gran sequía que afectó al suelo chaqueño,
hoy más que nunca la Región Occidental presenta un rostro amigable a la
producción, de la mano del agua que regó su vasta extensión.
El escenario favorable para la Occidental representa un pulmón de
respiro para el sector agropecuario, considerando el gran aporte chaqueño a la
producción de alimentos para el consumo interno, en rubros como leche y sus derivados,
y en cierta medida también la producción cárnica y de embutidos, encabezados
por las cooperativas de producción.
No obstante, no todo está perdido para la Oriental, existen grandes
parcelas que por la previsión lograron escapar del "seco cachetazo" y
otras que podrían recuperarse, aunque la calidad y el volumen no alcancen las
cifras esperadas.
¿CUÁL ES EL IMPACTO REAL DE LA SEQUÍA?
Las lluvias de los últimos días paliaron la falta de agua para las
personas, animales, plantas y pastos, en algunas zonas; sin embargo, el agua
caída llegó tarde y no abastece a las plantaciones más afectadas en ciertas
áreas productivas.
Podría decirse que en las urbes el impacto no pasa de un pasto seco y
regar con mayor frecuencia las plantas del jardín. Pero, el golpe económico al
país es evidente, muy superior.
Solo por citar: la bajante del río a niveles históricos en los últimos
20 años, el descenso de volumen de producción y calidad de frutas y hortalizas
destinadas al mercado local y para envíos a países vecinos, la disminución de
la producción granelera, cuya exportación es el primer rubro de ingresos de
divisas del país (soja 2.294 millones de dólares en el 2011) lo que favorece
además a la suba de la cotización del dólar en el ámbito local y el efecto dominó
en el precio de los combustibles, de la canasta básica, por citar algunos.
Tampoco se debe olvidar todo lo que conlleva no contar con suficiente agua para
la hidratación animal y humana.
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